Sobre Dickens y Dostoievski

Al analizar el desarrollo de la novela realista en el siglo XIX, dice Erich Auerbach sobre la literatura inglesa: "El desarrollo más reposado de la vida pública durante la época victoriana se refleja en la ínfima movilidad del fondo histórico sobre el cual ocurren los sucesos de la mayoría de las novelas. Actúan de contrapeso motivos tradicionales, religiosos y morales, de suerte que el realismo no adopta las mismas formas rudas que en Francia". En cambio, dice el crítico sobre el realismo ruso: "Parece que los rusos han conservado una espontaneidad ante la vida muy difícil de encontrar en la civilización occidental en el siglo XIX: una sacudida demasiado fuerte, moral o espiritual, los precipita en seguida en las profundidades de sus instintos, pasando en un instante de la vida sosegada, a veces casi vegetativa, a los excesos más monstruosos, tanto en lo práctico como en lo espiritual. La oscilación pendular de su naturaleza, de sus acciones, pensamientos y sensaciones parece ser mucho más amplia que en el resto de Europa, lo cual hace recordar también el realismo cristiano ...".
Se me ocurre comparar algunas escenas y personajes de Dickens y Dostoievski desde estos parámetros. Por ejemplo, la muerte y el entierro de Iliusha en "Los hermanos Karamazov", por una lado, y, por otro, la reunión de Scrooge y la familia de su empleado en "Canción de Navidad". En las dos historias hay un niño pobre y enfermo. Los dos nenes tienen una relación de particular apego con sus padres, que se sienten impotentes por no poder hacer algo para mejorar la situación de sus hijos. Hasta ahí las similitudes.
En cuanto a las diferencias, la más obvia es que Tim, el personaje de Dickens, se salva gracias a la intervención de un millonario arrepentido de su avaricia que decide apadrinarlo; Iliusha, en cambio, muere. También cabe destacar las disimilitudes de temperamento de los personajes: Tim es dócil, benevolente, su frase más recordada es "Que Dios nos bendiga a todos". Sus padres también son buenos hasta el fastidio: el hombre es un empleado ejemplar a pesar de tener un jefe terriblemente maldito; la mujer se las ingenia para hacer un budín diminuto pero delicioso, símbolo de un "espíritu de la Navidad" que se mantiene intacto a pesar de la pobreza. De hecho, ninguno de los personajes de esa familia se ve moralmente afectado por las circunstancias en las que se encuentra.
Iliusha, por su parte, tiene un carácter mucho más bravo y no es ajeno a las tentaciones. Se enfrentó a sus compañeros que se burlaban de su padre, le mordió la mano a Alekséi Karamazov e, instado por un adulto bastante psicópata, mató a un perro dándole de comer un alfiler, acto del que está profundamente arrepentido. El padre del nene es un moroso caído en desgracia; la madre, que tiene un retraso mental, al momento del entierro se empecina en jugar con un trencito de su hijo.
El panorama plasmado por Dostoievski es mucho más desolador que el de Dickens. Sin embargo, o quizá por eso mismo, es también más vital y más humano. La muerte y el entierro de Iluisha constituyen una ocasión de redención para una serie de personajes hondamente frágiles, permeables hasta en lo más íntimo a sus circunstancias y a sus propias pulsiones: el mismo Iluisha, su familia, sus compañeros de clase, Alekséi Karamazov y, de alguna forma, todos los personajes de la novela. Son personajes capaces de caer moralmente y también de redimirse en actos de nobleza. Como el mismo Alekséi dice en el entierro (estoy citando de memoria): "Aunque después nos perdamos, recuerden que hoy fuimos buenos".
Por el contrario, la familia de "Canción de Navidad" está compuesta de personajes planos, invariablemente buenos y correctos, cuyo interior jamás se ve conmovido o amenazado. Solamente su fortuna cambia, gracias a una peripecia externa a ellos: la conversión repentina del malvado Scrooge en un buen tipo. Tanto el vuelco absoluto del ricachón como la inalterable rectitud de los Cratchit resultan inverosímiles, forzados. Los personajes parecen recortados y pegados sobre el fondo de una Londres bulliciosa e industrializada, pero bien podrían pertenecer a una fábula antigua.
Volviendo a las consideraciones de Auerbach, efectivamente la historia de Iliusha tiene una espontaneidad y una oscilación pendular de las que Tim y los suyos carecen. Por algo el libro de Dickens ha sido objeto de adaptaciones hollywoodenses y parodias varias, ambas situaciones difíciles de imaginar para la novela de Dostoievski.

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