Sobre el Día de la Mujer
En muchos mensajes por el Día de la Mujer que vi circular en Facebook y otros lados, se repiten dos ideas de las cuales discrepo: que no está bien decir "Feliz Día", y que hoy es el Día de las Mujeres Trabajadoras.
Respecto de la primera cuestión, desde ya que estoy en desacuerdo con la banalización y la mercantilización de la fecha, y apoyo las consignas que apuntan contra esos procesos. Ahora, habría que distinguir el justo señalamiento de la vileza y la frivolidad con que shoppings, chocolateros y florerías se apropian de este día de la lisa y llana condena a cualquier expresión celebratoria. Hoy he leído varias veces: "No digas 'feliz día'. Es un día de lucha, no de festejo", y francamente disiento. ¿Por qué, según esa consigna, la lucha y el festejo están necesariamente contrapuestos? ¿Acaso estamos tan imbuidos de neoliberalismo que solo podemos concebir la felicidad y la celebración como hechos banales? ¿Por qué no festejar la lucha y las conquistas que se obtienen? Aún más, ¿por qué no celebrar que aun bajo una opresión ancestral y horrorosa cuyo padecimiento nos hermana, las mujeres hemos desarrollado prácticas, saberes, política, teoría, que no solo contribuyen a nuestra emancipación sino a la de la humanidad toda?
A lo anterior se podría objetar que en esta fecha se conmemoran hechos trágicos y que por eso no debe celebrarse. Dejemos de lado que mucha de la información que circula sobre los orígenes del Día de la Mujer es incorrecta. Para el caso, no importa si lo que motivó la instauración de la fecha no fue un incendio de un taller textil en el que murieron cientos de obreras; el punto sigue siendo el mismo: este día existe porque existe la opresión a las mujeres, y eso es trágico. Ahora bien, este día también existe gracias a la hermandad y la organización de las mujeres, y eso es digno de ser celebrado. Si nos negáramos a celebrar cualquier fecha en cuya historia haya un componente de tragedia, no celebraríamos nada: ni el Día del Trabajador, ni el Día de la Independencia, ni la rendición alemana en la Segunda Guerra. Creo que ese criterio no es bueno, me huele a puritanismo. Prefiero celebrar los momentos en que los seres humanos, aun en condiciones catastróficas, nos organizamos en pos de mejorarlas.
En cuanto al segundo punto, coincido con Elsa Drucaroff, cuyo texto sobre el tema cito en comentarios: hay una opresión específica que se ejerce contra todas las mujeres, que difiere de la opresión de clase y que abarca desde la realización del trabajo doméstico hasta los feminicidios. Esta fecha sirve para señalar esa violencia y reivindicar la lucha contra ella. Desde luego, la opresión se vive de formas muy, muy diferentes según la clase a la que se pertenezca. Desde luego, un movimiento realmente emancipatorio no solo requiere luchar contra la opresión de género, sino también contra la de clase. Aun así, lo específico de cada lucha persiste, una no se subsume a otra. La opresión contra las mujeres requiere de una organización política propia y del planteo de unos objetivos también propios, y hoy es una fecha para recordarlo.
En fin, feliz Día de la Mujer, a todas.
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