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El coro desmembrado

 Este es el enlace para descargar mi nuevo libro El coro desmembrado: Hacé click acá Se trata de una publicación a la gorra, es decir, con la posibilidad de que los lectores hagan una contribución a voluntad. Si querés hacerlo, podés optar por alguno de estos medios: A través de Paypal, con mi dirección de mail: emicarabajal@hotmail.com A través de transferencia bancaria, CBU: 0140085401502205191334 o alias: BRAZO.PERNO.GRUTA A través de Mercado Pago, CVU: 0000003100049457358926 o alias: ecepto.adios.moto.mp ¡Muchas gracias!

El barro perfumado de la civilización. De Plop, Grenouille y el amor ausente

  Un joven desposeído hasta de olor propio pero dueño de un olfato excepcional intenta crear un perfume que doblegue a la Francia del siglo XVIII. Un huérfano perteneciente a los últimos escalafones de un clan verticalista y supersticioso escala posiciones en un escenario postapocalíptico. Para conseguir sus propósitos, los dos son tan cruelmente metódicos como la sociedad que los rodea. Las similitudes que presentan PLOP, de Rafael Pinedo, y EL PERFUME. HISTORIA DE UN ASESINO, de Patrick Süskind, pueden leerse a la luz de una puesta en diálogo de cada  texto con la historia, tanto en el contexto local y más o menos reciente de cada obra como en un plano más estructural. Narrar desde otros tiempos Si nos situamos en el tiempo de la publicación de ambas obras, podemos ubicarlas (con cierta laxitud) en el después de un hecho histórico traumático: la crisis argentina de 2001 en el caso de PLOP, el nazismo en el de EL PERFUME. Como la crítica ya lo ha hecho notar, los dos textos pueden lee

Todos queremos ser hallados, de Alberto Cisnero: el recuerdo como búsqueda

  Sepan entonces que nada es más alto y más intenso, y más sano, y más provechoso en adelante para la vida, que cualquier recuerdo bueno [...] si solamente un buen recuerdo queda con nosotros en nuestro corazón, aun él puede servirnos alguna vez de salvación. [...] Quizá nos volvamos después incluso malvados, quizá ante un mal proceder no vayamos a tener fuerzas para resistirnos, quizá vayamos a reírnos de las lágrimas humanas [...] Pero así y todo [...], el hombre más cruel que haya salido de nosotros, y el más burlón, ¡así y todo no se atreverá en su interior a reírse de lo noble y bueno que fue él en el momento de ahora! Fiódor Dostoievski, Los hermanos Karamázov, traducción de Omar Lobos Así habla Aliosha Karamázov, el menor de los hermanos, en las últimas páginas de la novela de Dostoievski. Su discurso, pronunciado en circunstancias trágicas, es una reivindicación del recuerdo y de su potencia redentora. A contrapelo de los dictámenes hegemónicos de limitarnos a vivir en el prese

Algunas impresiones de "Akata Mikuy", de Alberto Cisnero

  "Me enseñaste a hablar, y el provecho que saco es el de poder maldercirte. ¡Que te dé la peste roja por haberme enseñado tu lengua!".  Es larga la tradición crítica que ve en Calibán, el esclavo de Próspero en "La tempestad", un emblema del sujeto colonizado. En las famosas líneas de arriba, Shakespeare penetra agudamente en una contradicción de este sujeto: hablar la lengua de su colonizador. Sin embargo, algo no cierra del todo: Próspero le enseñó a hablar a su esclavo; no es que le enseñó una determinada lengua, sino a hablar, a secas. ¿Acaso Calibán no hablaba antes de la llegada del amo?  "Akata Mikuy", de Alberto Cisnero, reniega, cual Calibán, de la lengua en la que habla: "(...)el castellano de la segura fuente / de ingreso suplementario y de la adecuada ubicación / de frases subordinadas no es el castellano nuestro" (p. 31); pero, a diferencia del personaje shakespeariano, sabe de otra lengua, anterior a la del invasor, y se empeña en

Argentina, 1985: la Marsellesa de Cornudet

  "Bola de Sebo" es uno de los cuentos más famosos de Maupassant. Acaso, lector, recuerdes la historia, pero por las dudas refresquémosla: en la Francia ocupada por los alemanes tras la guerra franco-prusiana, un grupo de franceses busca trasladarse de una ciudad a otra gracias a un salvoconducto. Hay entre ellos una prostituta, Bola de Sebo, que recibe un desprecio mojigato y casi unánime. Pero sucede que a mitad de camino, en una posada, un comandante alemán se niega a permitirles seguir el viaje, a menos que Bola de Sebo acceda a pasar la noche con él. La joven, que es fuertemente patriota, no quiere, pero sus compañeros de viaje se vuelven de repente melifluos con ella y, aludiendo al deber altruista, la convencen. Tras el encuentro entre Bola de Sebo y el militar alemán, el grupo reemprende el viaje, y lo hace redoblando su hijadeputez, pues vuelve a tratar  a la muchacha con desprecio.  Entre los  viajeros va Cornudet, un tipo de clase media e ideas más o menos revoluci

Canción a la estirpe

I ¿Qué escribirte, hermano herido, Jinete despeñado desde las crines del tiempo? No tengo más que aquello que me diste Tus astucias Tus modos de bestia temerosa Una cierta intuición de lo sagrado Te ofrendo, criatura,  El hachazo que en mí descargaste No apartes la vista No niegues la hermosura cruel con que marcaste mi carne Para hacerla un espejo de la tuya No niegues, verdugo, Que este tajo nos hermana ¿Qué escribirte, entonces,  Si es un tajo la lengua en que te hablo? Solo tengo las llagas que me diste Las fábricas Los barcos Los relojes Este verbo implacable que me hurga Llaga que labraste sobre la carne del mundo II ¿Qué escribirte, hermana ausente, Amazona flechada por los días Niña inmolada en los altares del nombre? Poco tengo de aquello que me diste Tus pliegues Tu ternura de bestia  Una cierta desconfianza en lo sagrado Todo de ti me llega roto Te brindo, criatura, Mi convulsión más íntima Mi furia mutilada No rechaces mis ofrendas No olvides que te aprendí en el desamparo

Oblación

Resplandece el puñal, luz que a la luz se enfrenta; Con el fulgor del día su fulgor se confunde. Solo el brillo del tajo sus bríos apacienta; Y al tajo se dispone, pues su brío ya cunde. Alguien se contorsiona ante la daga cruenta. Prende una mano un cuello. Carne en la carne se hunde.  Combate uno con brío y el brío de otro aumenta. Brama alguien, alguien gime. Voz en la voz se funde.  Rompe uno, otro se rompe, su pecho se enrojece.  Se cae, se aferra al polvo, y al polvo se encamina. Ya lucha, ya se aquieta, ya exhala, ya perece. Carne, polvo, uno y otro, todo en fulgor culmina: Ojo ante el sol, inmóvil: luz que a la luz se ofrece.  Puñal, del sol reflejo: luz que a la luz fulmina.