¿Quién me hirió?

 I


¿Quién me hirió?

¿Quién vino a perforar la redondez del silencio?

¿Quién abrió de un tajo la eternidad del día?


Fue una vez atrás del tiempo


Yo no existía


Pero alguien arremetió

Como una flecha

Y fundó el grito

(Atávica cueva gutural)


Entonces nada fue compacto

Surcado el cuerpo

Dispersos los días


Entonces me hablé

Porque era mía la carne 

Y los días eran míos

Y era mío el surco en que me hablaba

Aunque allí no me viera


Yo era más bien el surco

Yo era el grito que en el surco se vertía hasta colmarlo 

Y colmado fluía

Y me hablaba


Y era río la voz que fue grito

Y era cauce el surco que fue herida


II


Yo no sé cuándo empezó


No sé desde cuándo es que discurro en este cauce en que me hablo

Esta herida en la que fluyo como un curso inagotable


¿Quién trazará sus límites?

¿Quién, su contorno?


Parece siempre reiniciarse

Voz de agua que brota de la carne herida

Discurre en la garganta

Inunda el aire

Entonces discurre la voz en el oído

Inunda la cabeza 

Hiere la carne


III


Soy el río en que me llevo

Lo que toque he de mojarlo

Nada ha de llegarme

Sin que yo lo impregne


Soy el curso en que devengo

Soy cada instante inasible y simultáneo de mis aguas

Soy el cauce en que a nado me descubro

Sin saber lo que en mis aguas se refleja


Espejo solitario condenado al movimiento

Solo sabré de mí mientras discurra

Aunque en mi curso me pierda

Aunque nunca arribe a la piel de mis orillas

Aunque jamás conozca mi fondo callado

Mucho menos el suelo que me estrecha

Donde se clava como un hachazo inapelable

El surco en que me hablo

El surco que soy yo

Y que es cauce

Y que es herida donde brota un grito 

Que soy yo

Que soy un río

Que solo sabrá de sí mientras discurra

Aunque en su curso se pierda

Se seque

O acaso se desborde

Si una vez después del tiempo

En que yo existo

Alguien arremete

Como una flecha

Clausura el grito

(Atávica cueva gutural)

Y todo vuelve a ser compacto

El cuerpo impenetrable de silencio

Infinito el día

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